La guerra del café se desata en las cápsulas

"Cuando supimos que estaba liberada la patente, vimos una oportunidad", dice Francisco Vergara, gerente general de la representación de la marca italiana Caffé Pera en Chile respecto del negocio que se abrió en 2013 y que hoy tiene a un número importante de marcas peleándose un lugar: la venta de cápsulas de café para máquinas del estilo Nespresso.

Ese año, la firma ligada a Nestlé perdió una patente clave que motivó un boom en el creciente mercado del café.

Vergara junto a su socio Juan Pablo Figueroa, aprovecharon la oportunidad que se estaba abriendo y consiguieron la representación de este café italiano, que tiene 60 años de antigüedad. Ya tienen una tienda en Manquehue Norte, lo que ha sido el resultado del alza constante que –dice- van mostrando sus ventas.

Caffé Pera comercializa del orden de 15 mil cápsulas mensuales para máquinas Nespresso, equivalente a unos $ 5,5 millones. Esta línea de negocios representa cerca de la mitad de toda su facturación.

Y es que la industria del café no se detiene. En Chile se consumen del orden de 440 tazas anuales por persona en promedio. Se espera que al 2020, las ventas del producto en todos sus formatos suban 168%.

Los supermercados han sido testigos de este desarrollo. Juan Ignacio Correa, gerente comercial de alimentación de Walmart, explica que "en los últimos cinco años, las ventas de cápsulas en la categoría se septuplicaron, representando el 7,9% de las ventas".

La norteamericana comercializa desde 2013 estos productos, pero los ha ido aumentando. Explican que hasta enero, ofrecían solo cápsulas Dolce Gusto, pero a partir de enero introdujeron la marca Cafesso, que son compatibles con Nespresso. Tienen tres variedades.

Algo similar le ocurre a Unimarc, que en los primeras semanas de este año ha visto alzas de 40% en la categoría, lo que los ha motivado ir dándole más espacio en las góndolas.

Los exponentes

Uno de los fuertes de Caffé Pera ha sido el desarrollo de su red de distribución, la que contempla multitiendas, plaforma web y una alianza con la firma de última milla, Rappi.

Pero el segmento tiene otros exponentes como Cabrales y Señor K. Hace unas semanas, Nestlé hizo operativa su alianza con Starbucks, donde producirán cápsulas con su café, lo que también va en línea de aumentar la cantidad de productos.

Señor K es una marca nacional creada en 2014. Tiene su fábrica en Quilicura, donde los granos de café son tostados, explica su gerente general, Rodrigo Jaeger, quien explica que buscan dar un producto de "especialidad".

Con cinco socios, la firma comenzó a producir en 2016 con cápsulas de plástico, han ido avanzando hacia productos con materiales biodegradables, para reducir el impacto al medioambiente, que ha sido uno de los temas que más cuestionamiento ha generado del formato.

Señor K cuenta con siete variedades y tiene un foco en negocios para empresas, a través de planes de suscripción.

La compañía tiene una red de distribución que le permite estar presente en 50 puntos, además de supermercados como Unimarc y multitiendas.

El próximo paso será exportar a Suiza sus productos, a través de una comercializadora.

Otro representante del segmento es Cabrales, firma de origen argentino que en su país tiene el 70% del mercado, explica Juan Andrés Arizabaleta, gerente comercial de ADL Grupo Gastronómico, quienes administran la marca hace cuatro años acá.

Cabrales también desarrolla sus propias cápsulas, con un volumen de entre 600 mil y 700 mil anuales, equivalente a un rango entre $ 270 millones y $ 300 millones.

Entre los planes está seguir creciendo, especialmente en variedad -traerán productos de Colombia y Etiopía- en distribución, incorporando más supermercados.

Además habrá sinergias entre la rama de café y los otros negocios que maneja ADL, particularmente con Dulce Luna (medialunas) y Havanna (cafeterías y productos como alfajores).

Esto, porque el grupo -que tiene 15 años de experiencia- está en un plan de expansión de sus marcas, lo que incluirá poner mini-estaciones de café Cabrales en algunas tiendas de Dulce Luna y Havanna, para idealmente el próximo año abrir una propia del café trasandino.